lunes, 25 de noviembre de 2019

Welcome!

WELCOME TO THE "MARIANO TIMÓN SCHOOL OF ARTS' ENGLISH BLOG"!

Hello! 

This is just a greeting for all those who visit our blog for the first time. This blog has been a tool that came up in the course of schoolyear I spent in the Arts School of Palencia. 

It was a wonderful time that I enjoyed last schoolyear and I have missed my students the following year, but Life has given me a new chance to keep on learning in the High School from Carrión de los Condes, a village in the middle of Saint Jame's Way in Palencia. 

I hope this blog can help chance the minds and the awereness of some of those who happen to come it across. There is much to be read, watched, thought and discussed, but all of these things share a common aim: to become better students, better human beings who one day I hope will be able to take their lifes in their hands and help other people to live a better life.

Perhaps that sounds too optimistic, but I am persuaded that, if Love not money) is what ought to makes the world go round, Education is the only tool we have to really transform it.

Your teacher,



Álvaro

sábado, 23 de diciembre de 2017

La "casualidad", una vez más...


Una vez más me topo en mi vida con esas coincidencias sorprendentes que ocurren casi de continuo, pero en las que mucha gente parece no reparar...

Esta fue así:

Antes de ayer hablábamos Alba García, Cloe Bosco y un servidor de lo que nos había impresionado la historia de James Rhodes (está en el blog), y ayer lo recordaba esta última.

Hoy me pide mi mujer que la acerque al centro, a lo que accedo. Entramos en el coche y suena el Estudio "Arpa eólica", de Chopin. Yo no sabía ni quién tocaba ni cuál era la emisora. Pero sonaba más o menos como lo tocaba yo en tiempos (y si eres pianista, entenderás a qué me refiero).

Acaba la interpretación y suena la voz de Javier del Pino. Ya no tenía duda de quién era el pianista: allí estaba James, que mira qué cosas, se ha venido a vivir a España.

Pero lo mejor estaba por llegar: empiezan a hablar del gran Javier Perianes, a quien tuve la oportunidad de traer a tocar en Palencia cuando empezaba, y no lo hizo porque me pilló en un momento de profunda decepción. No imagináis la de veces que lo he lamentado...
 
Y hete aquí que, a continuación, mencionan a un "actorazo" (aunque decían en plan de guasa que era muy  malo) que participa en no sé qué serie británica que le encanta a Rhodes (ahí me doy cuenta de lo fuera de casi todo que estoy, no me enteraba de nada), y resulta que el actor es...
 
¡¡¡¡¡JAVIER CÁMARA!!!!!
 
El primo de la Nuria. Y probablemente os preguntaréis que quién es la Nuria. Pero esa, amigos, esa sí que es otra historia.
 
Simplemente diré que Javier Cámara aparece al principio de este blog, como protagonista de la historia de aquel profesor de Almería que comenzó a enseñar inglés en los años 60 mediante las canciones de los Beatles. Eso sí que es adelantarse a su tiempo...
 
Aquí tenéis el enlace a los programas de "Pino" y James; espero que los disfrutéis:
 
 
 
 



jueves, 15 de junio de 2017

Impresionante carta de una alumna de Bachillerato

No me resisto a adjuntar esta carta de una alumna de Getafe, que tenía en el correo y me he encontrado haciendo limpieza. Es una carta del año 2011, no sé si decir en la fase dura de la crisis, porque me da la sensación de que las cosas no han cambiado en demasía. Fijaos en la claridad de la exposición y en la ausencia de faltas. Me emociona que todavía haya gente así por el mundo. 

La carta dice así:

"Estos días han circulado por internet multitud de cartas abiertas de profesores tratando de explicar que no son dos horas, que no son ellos los más perjudicados. Que somos nosotros. Me indigna ver cómo todo su esfuerzo no sirve para nada en cuanto algún político deja caer frente a los medios que son unos vagos y que sus protestas se deben a esas dos horas que no dejan de mencionar. Nos manipulan como quieren, sus medias verdades aparecen en las primeras planas de sus periódicos mientras los hechos, las cifras objetivas, quedan sepultadas bajo sus artimañas electorales.

Así que me gustaría compartir mi versión como alumna de secundaria de la escuela pública. No creo en partidos políticos ni me importa a quién le bajen el sueldo o le suban dos horas, me importa mi futuro y el de mi generación.

Hace una semana que comencé 1º de Bachillerato en un instituto de Getafe. No es una mala zona, no hay mucha pobreza y sé que debo considerarme afortunada. No puedo imaginar cómo está la situación en otros institutos de zonas más pobres aquí mismo, en Getafe. No sé si creerme las cosas que me cuentan sobre más de 40 alumnos hacinados en aulas sin material, con profesores más preocupados por salir vivos del aula que por conseguir un buen nivel.

En el mío somos 30, 37 y 33 alumnos de 1º de Bachillerato en las 3. Pensába-mos que habría 4 clases, porque hay cuatro opciones de Bachillerato, pero las letras puras (Griego y Latín) han sido desterradas. La profesora de Latín nos decía que estaban protegidas por ley, así que no entiendo cómo ella, junto con mis compañeros que querían estudiarlas, se han tenido que marchar del instituto.

Esta semana no hemos dado prácticamente clases útiles, mi instituto está sumido en el caos. Hemos cambiado de tutor un par de veces por los desajustes en los horarios. Al no haber clase de tutoría no hemos podido elegir delegado, el que se encarga de cerrar el aula con llave durante los recreos, por lo que debemos llevar siempre encima la mochila para evitar los robos. No hay profesores de guardia para vigilar a los alumnos que están solos cuando algún profesor falta, ni siquiera a los más pequeños, recién llegados a secundaria. Los horarios son provisionales, cualquier nuevo cambio ordenado desde la Administración trastoca las clases de todos y exige rehacer toda la organización.

Tengo tres profesores, de lengua, mates e inglés, que en realidad son "medios" profesores. Trabajarán media jornada en mi instituto y la otra media en otro, aunque el descontrol es tal que todavía no han mandado ninguno desde la Administración. Mientras tanto estamos parados durante estas tres horas, o a veces nos juntan en el aula grande a los tres bachilleratos (los 100 alumnos) con un solo profesor para que no perdamos el tiempo. Ni siquiera sabemos en qué grupo de matemáticas estaremos porque los profesores no pueden ponerse de acuerdo en qué sistema usar para dividir los grupos hasta que llegue el que falta. ¿Que tenemos peor nivel que la privada? ¿Acaso creen que en la privada se pierden tantas horas de clase por temas así, que tienen el mismo material, la misma treintena de alumnos por clase?

Los 'desdobles' de las únicas dos optativas que el instituto ha podido ofertar tienen, de nuevo, 30 alumnos por desdoble, incluida Ampliación de inglés oral. ¿Qué tal creen ustedes que funciona una clase de inglés oral con 30 alumnos? Tenemos oportunidad de hablar 1 minuto y medio cada alumno.

Me indignan las mentiras descaradas de Aguirre. Sí que ha habido recortes, lo notamos todos los alumnos, la precariedad y el descontrol generado por la falta de profesores. Todos están dando más de lo que pueden y aun así no es suficiente, no dan abasto con tanto por hacer en pleno inicio de curso escolar y tan pocos recursos.

Mis profesores no trabajan 20 horas. Nos dan 20 horas de clase y luego nos vigilan en el recreo, dan clases de apoyo, se encargan de cubrir las faltas de otros profesores, preparan las clases siguientes. Responden las dudas después de la hora de salida, se quedan ayudando a los alumnos que van peor en sus horas libres. Nos llevan a excursiones, a campeonatos de matemáticas, a concursos de poesía. Llegan los lunes a primera hora con ojeras de haberse quedado de madrugada corrigiendo. Les he visto en la manifestación hoy mismo, junto a sus alumnos, luchando por nuestro futuro. A pesar de todo el caos, las horas perdidas, la falta de material, ellos siguen siempre al pie del cañón, con su pizarra vieja y sus tizas (no todos tenemos la suerte de tener las pizarras digitales de la privada).

Estoy orgullosa de mi instituto y de mis profesores, que me han enseñado a no rendirme y a luchar por mi futuro. Gracias a la escuela pública este año pude optar al Bachillerato de Excelencia en el San Mateo (quedé entre los 50 mejores del examen para el premio extraordinario de la ESO, aunque por supuesto no gané: nadie de la zona sur ganó), pero he decidido seguir en mi instituto público sin presupuesto, que es el que ha hecho que quedase entre esos 50 mejores.

Así que no me voy a callar mientras nos arrebatan la educación pública y nos condenan a una sociedad de clases sin posibilidad de ascender. Si los ricos son los únicos con acceso a educación, los pobres siempre seguirán siendo pobres, eso aprendemos en clase de historia. Tal vez unos cuantos políticos deberían dejarse de propaganda y trapicheos y volver a la escuela a estudiar el Antiguo Régimen, las revoluciones y el movimiento obrero, antes de repetir los mismos errores del pasado."


M. L. G.


Una alumna del IES José Hierro


miércoles, 14 de junio de 2017

Cuestión de enfoque

El otro día se lo decía a mis alumnos de la ESO: Soy la voz que clama en el desierto o el sembrador de la parábola? Eso es algo que escapa a mi conocimiento, pero sí soy el único responsable de sentirme el uno o el otro. Y la cosa cambia. Radicalmente.

Y en lugar de sentirme como el primero, y pensar que todo esfuerzo es vano y estéril, considero que la fuerza de la palabra puede tener una importancia extraordinaria, aun sin ser del todo conscientes de ello, y que muchas veces recordamos precisamente aquellas anécdotas que nada tenían que ver con la materia que impartía un maestro, y que son precisamente esas cosas las que MARCAN LA DIFERENCIA. 

Eso es lo que algunos llaman "dejar huella", y eso es lo que puede dar aliento a nuestra tarea.

Soy consciente de que, desde que comenzó mi andadura en este mundo de la docencia, es mucha la huella que han dejado tantos alumnos en mí, y también la que yo he dejado en ellos. 

Y tú, ¿a qué aspiras en la vida? ¿Quieres ser la "voz" o el sembrador?

He aquí un artículo que me parece muy conveniente lectura; pero que no se quede en un bienintencionado deseo. He ahí la difícil cuestión.



miércoles, 7 de junio de 2017

La emotiva carta de una profesora con vocación


   Es evidente que no todos los  docentes ponemos el mismo empeño en nuestra tarea. Las causas son tantas casi como docentes hay, por más que tendamos siempre a la generalización y a agrupar en categorías (es decir, PREJUICIOS). La extensión de la carta evidencia que a esta mujer le gusta y le importa su trabajo.

   Esta es una carta publicada por el periódico Washington Post, escrita por una profesora y dirigida a un padre o madre imaginario que está preocupada por “ese” niño/a que siempre molesta en clases, que es hiperactivo o agresivo. 

  En una emotiva misiva (para los de la LOGSE, carta), la educadora canadiense Amy Murray explica a ese padre/madre todos los problemas por los que podría estar pasando ese niño/a que lo hacen ser como es y hacer lo que hace. Además, expone cuál es su labor como educadora para acompañar al niño/a y a su familia en el proceso y pide comprensión (algo que escasea cada vez más en nuestra sociedad).

  Amy Murray ha sido educadora en aula durante 7 años, 5 de ellos en Educación Infantil, y docente fuera del aula docente durante 10 años. Es decir, que algo debe de tener esta persona, pues no es una trayectoria excesivamente larga; sin embargo, es suficiente cuando se tienen las ideas y la vocación claras.

 Actualmente, trabaja por segundo año en la administración de un aula de educación infantil, donde es encargada de supervisar a unos 200 estudiantes menores de 6 años (nada menos). 

 Aquí va la carta...




  Querido Padre:


  Lo sé. Estás preocupado. Cada día, tu hijo llega a la casa con una historia sobre ESE niño. El niño que siempre está golpeando, empujando, pellizcando, arañando y quizás incluso mordiendo a otros niños. El que siempre tiene que sujetar mi mano en el pasillo. El que tiene un espacio especial en la alfombra, y que a veces se sienta en una silla en vez de en el suelo. El que tuvo que dejar el rincón de los bloques porque los bloques no son para que los tiren. 


  El que escaló la cerca del jardín exactamente cuando le decía que se detuviera. El que derramó la leche de su vecino por una rabieta. A propósito. Mientras yo le miraba. Y luego, cuando le pedí que limpiara, sacó todas las toallas de papel del dispensador. A propósito. Mientras yo le miraba. El que dijo esa palabrota en clase de educación física. 


   Te  preocupa que ESE niño esté distrayendo a tu hijo de la

experiencia de aprendizaje.

  Te preocupa que tome mucho de mi tiempo y energía, y que tu hijo no reciba su justa cantidad. Te preocupa que realmente vaya a hacerle daño a alguien algún día. Te preocupa que ese “alguien” vaya a ser tu hijo. Te preocupa que tu hija vaya a empezar a ser agresiva para obtener lo que quiere. Te preocupa que tu hijo vaya a quedarse atrás académicamente porque puede que yo no note que tiene problemas para sujetar un lápiz. Lo sé.

  Tu hijo, este año, en esta clase, a esta edad, no es ESE niño. Tu hija no es perfecta, pero generalmente sigue las reglas. Es capaz de compartir los juguetes pacíficamente. Ella no da vuelta los muebles. Levanta su mano para hablar. Ella trabaja cuando es hora de trabajar, y juega cuando es hora de jugar. Se puede confiar en que vaya directamente al baño y vuelva sin causar ningún problema. Ella piensa que las palabrotas son “estúpido” y “caca.” Lo sé.

   Lo sé, y estoy preocupada también.

  Verás, me preocupo todo el tiempo. PorTODOS ellos. Me preocupo por cómo sujeta tu hijo el lápiz, y cómo dice ese otro niños las letras, y la timidez de ese pequeño, y por la bolsa del almuerzo sistemáticamente vacía de ese otro. Me preocupa que la chaqueta de Gavin no le abrigue lo suficiente, que el papá de Talitha le grite por hacer la B al revés. Muchos de mis viajes en coche y duchas se consumen en esas preocupaciones.

  Pero lo sé, quieres hablar sobre ESE niño. Porque las Bs al revés de Talitha no van a ponjerle a tu hijo el ojo morado.

  Yo también quiero hablar sobre ESE niño, pero hay muchas cosas que no puedo decirte.

  No puedo decirte que le adoptaron de un orfanato a los 18 meses.

  No puedo decirte que él está sometido dieta de eliminación por posibles alergias a la comida, y que por eso tiene hambre TODO EL TIEMPO.

  No puedo decirte que sus padres están pasando por un horrible divorcio, y que ella ha estado viviendo con su abuela.

  No puedo decirte que estoy empezando a preocuparme de que su abuela beba…

  No puedo decir que su medicación para el asma le pone inquieto.

  No puedo decirte que su mamá es madre soltera, y que por eso la niña está en la escuela desde que abre, hasta el momento en que cierra, y que el viaje de la casa a la escuela dura 40 minutos, así que la niña duerme menos que la mayoría de los adultos.

  No puedo decirte que él es testigo de violencia familiar.

 Está bien, dices. Entiendes que no puedo compartir información personal o familiar. Solo quieres saber qué estoy HACIENDO sobre el comportamiento de ESE Niño.

   Me encantaría decirte. Pero no puedo.



  No puedo decirte que recibe servicios de logopedia, que una evaluación mostró un atraso en el lenguaje severo, que el terapeuta siente que su agresión está conectada a su frustración por ser incapaz de comunicarse. 

 No puedo decirte que me junto con sus padres CADA semana, y que ambos con frecuencia lloran en esas reuniones. 

  No puedo decirte que la niña y yo tenemos una señal secreta para que me pueda decir cuando necesita sentarse sola por un rato.


  No puedo decirte que él pasa su tiempo de descanso sentado en mi regazo porque “me hace sentir mejor escuchar su corazón, profesora.”

  No puedo decirte que he estado meticulosamente siguiendo sus accidentes agresivos durante 3 meses, y que ha bajado de 5 incidentes al día a 5 incidentes a la semana.

 No puedo decirte que la secretaria de la escuela ha aceptado que pueda enviarlo a la oficina a “ayudar” cuando noto que necesita un cambio de ambiente.


  No puedo decirte que me he parado en una reunión de profesores y que, con lágrimas en mis ojos, he ROGADO a mis colegas que no lo pierdan de vista, que sean amables con ella cuando estén frustrados porque golpeó a alguien DE NUEVO, y esta vez, JUSTO EN FRENTE DE UN PROFE-SOR.


  Lo que pasa es que hay TANTAS COSAS que no puedo decirte sobre ESE Niño. No puedo ni decirte las cosas buenas.



  No puedo decirte que su trabajo de la sala es regar las plantas, y que lloró con el corazón roto cuando una de las plantas murió en las vacaciones de invierno.

  No puedo decirte que le da un beso de despedida a su hermanita, y que le susurra “eres mi cielo” antes de que su mamá se la lleve en el coche.

  No puedo decirte que sabe más sobre tormentas que la mayoría de los meteorólogos.

  No puedo decirte que con frecuencia ofrece su ayuda para afilar los lápices durante el recreo.

  No puedo decirte que acaricia el pelo de su mejor amiga durante la hora de descanso.

  No puedo decirte que cuando un compañero está llorando, él corre a él  con su peluche favorito del rincón de lectura.

  La cosa es, querido padre, que sólo puedo hablarte sobre TU hijo. Así que, lo que te puedo decir es:

  Si, en cualquier punto, TU hijo, o cualquiera de tus hijos, se convierte en ESE niño…

  No voy a compartir tus cosas personales de familia con los otros padres de la clase.

 Voy a comunicarme contigo frecuente, clara, y amablemen-te.

  Voy a asegurarme de que haya pañuelos cerca en todas nuestras reuniones, y si me dejas, voy a tomar tu mano cuando llores.

  Voy a abogar por tu hijo y familia para que reciban la mayor calidad de servicios de especialistas, y voy a cooperar con esos profesionales todo lo que se pueda.

  Voy a asegurarme de que tu hija recibe amor y afecto extras cuando más lo necesite.

 Voy a ser una voz para tu hijo en nuestra comunidad escolar.


 Voy a, no importa lo que pase, continuar buscando y encontrando las cosas buenas, increíbles, especiales y maravillosas de tu hijo.


 Voy a recordaros a él y a TI esas cosas especiales y maravillosas, una y otra vez.



 Y cuando algún otro padre se acerque a mí, con preocupaciones sobre TU hijo… le diré todo esto, una vez más.

  Con mucho amor;

  La Profesora Amy Murray.

domingo, 4 de junio de 2017

Despedida de dos promociones excepcionales


Con la emoción todavía en el corazón de las dos graduaciones vividas el pasado viernes, me pongo a la tarea de escribir unas palabras de despedida para estas dos promociones que han dejado un imborrable poso en mi alma, y que seguramente van a quedar para siempre en mi memoria. Y sé que probablemente, los años que me queden por ejercer estarán, como los transcurridos hasta la fecha, repletos de historias conmovedoras, de anécdotas inolvidables, de personas irremplazables, de momentos y “momentazos” que recordaré siempre, pero tengo la sensación de que habrá dos promociones que, como conjunto, recordaré por encima de otras, y esas son las vuestras.


El curso pasado, como sabéis, cambió las vidas de muchos, y la primera fue la mía. Fue mi retorno a la enseñanza “a pie de calle”, tras trece años de docencia en unas burbujas llamadas conservatorios, en las que la realidad es bastante diferente.

Igual que el año en que dejé la ESO, vosotros, mis alumnos, fuisteis a la vez mis alumnos y mis maestros. Como decía un tal Murray Shaeffer, en un libro infumable titulado “Paisajes sonoros”, lo cierto es que “ya no hay profesor y alumnos, sino una comunidad de aprendices. De aprendices que se encuentran siempre por una razón (la de aprender) en el camino de la Vida, ese que vosotros apenas empezáis a recorrer y en cuyo supuesto ecuador yo me encuentro.
Supongo que el ver vuestras fotos de críos y las actuales, presentadas en una pantalla, os ha debido de emocionar y habréis recordado una vez más que somos seres en continuo cambio. Lo cual para nada es algo a lo que tener miedo (pues es inevitable) , sino que nos permite ir creciendo paulatinamente y comprendiendo cosas que ahora nos pasan completamente desapercibidas (por más que seáis agudos observadores de la realidad y mucho más evolucionados probablemente de lo que yo era a vuestra edad).
Dos promociones entrelazadas por lo que Goethe llamó “afinidades o coincidencias significativas” y que modernamente se llaman “casualidades” (que no son tales). Por eso este curso se ha producido la “casualidad” de que impartiera Segundo de Bachillerato (ya sé lo que estará pensando más de uno, que como comenté un día, eso no ha sido casualidad, ni mucho menos) precisamente con el mismo libro habéis utilizado en la Escuela de Arte. O las curiosas coincidencias de que el año pasado tuviera dos alumnos procedentes de Carrión y que en este curso haya llegado a la Escuela nada más y nada menos que el maestro de ceremonias de la “gala” del viernes, todo un personaje.
O la de haberme cruzado, una vez más, con Soraya, a quien conocí allá por mi primer año de enseñanza, en la muy noble y leal ciudad de Herrera de Pisuerga, al coincidir con su suegra en el Colegio en cuya aula de música impartía esa asignatura a primero y segundo de la ESO (que era de donde tenía que expulsar al Carraca, el flamante empresario que este verano tratará de seducir a Andrea con oferta de empleo tentadora, ¿me equivoco, Andrea?).
Cuando pase el tiempo y la memoria desdibuje los recuerdos, ¿qué recordaremos los unos de los otros? Yo el año pasado escribí en una entrada del blog algunas de las cosas que me daba cuenta que iba aprendiendo con vosotros. Al poco dejé de anotar cosas (suele pasar), pero soy consciente de que no he dejado de aprender ni un solo día, montones de cosas.
Yo personalmente, cuando pase el tiempo, recordaré que en la clase del año pasado se produjeron intensas transformaciones, así como notables aportaciones, que parecían surgir espontáneamente. Esto es algo que se produce cuando la SENSIBILIDAD se sitúa en primer plano, y comencé muy pronto a ser consciente de ello, creo que en mi segundo curso como docente, si no antes. 

Recordaré cómo la música fue el hilo conductor de nuestras clases; recordaré cómo fueron emergiendo figuras como Jerry Lee Lewis, aquel que incendiaba sus pianos (como se ve en “Great Ball of Fire”), Carole King, John Denver, Don McLean Michael JacksonCat Stevens o Johnny Cash, y cómo a estos dos últimos me pasé todo el curso enganchado, como se suele hacer de adolescente, tal fue la fuerza con que reaparecieron en mi vida, con toda la potencia de su mensaje. 
También recordaré a Nick Bujovic, quien con su libro “Life without limits”, cambió mi estado de ánimo y dio un nuevo impulso a mi vida. Recordaré a James Rhodes, quien con su libro "Instrumental" me recordó lo locos que pueden estar aquellos que llegan a ser “alguien” en el mundo de la música clásica. O la entereza de Ezio Bosso, quien nos dio una incomparable lección de vida, sobrellevando admirablemente una cruel enfermedad.
Recordaré la lección magistral de vida que nos dio John Fenningham en vivo y en directo. Lección que creo que marcó un punto de inflexión en el curso. O las que nos dieron personas como Ana Clara, Fini o Irene. Recordaré a tantos de vosotros que aportasteis tanto a mi vida, a pesar de tantas circunstancias adversas. Y recordaré sin duda que, como bien dijo John, "lo mejor de la vida son las personas que te encuentras en el camino". No quiero citar a nadie en particular, porque todos sois importantes.
¿Y momentos, recordaré algún “momentazo”? Pues alguno guardaré, digo yo: me vienen a la mente aquella ocasión en que Tidiane me pidió muy educadamente permiso para marcharse a estudiar otra asignatura y tras decirle que no, aprovechó que estaba en mitad de una explicación para levantarse y abandonar silenciosamente la clase, de modo que no supe si parar y montar una escandalera o hacer como si aquello fuera un espejismo; o cuando Carolina se levantó indignada diciendo que el documental “Entre maestros” estaba preparado; o cuando Diana me espetó en una ocasión “pero céntrate de una vez”, cuando trataba de dictar el significado de las palabras “nuevas” a tres ritmos diferentes, lo que se convertía en un continuo avanzar y retroceder que era para volverse loco (obviamente tuve que cambiar el sistema).
Probablemente también recuerde a la otra Diana explicándome “El día de la marmota” o cómo en una clase de inglés se necesita usar una calculadora y que no tiene que ser necesariamente un teléfono. Recordaré cómo le hacía la vida imposible a José Luis con los audios, las canciones, los vídeos, etc.  

Recordaré el Día de la Música en la Calle, que pensaba no se volvería a repetir y que sin embargo vamos a volver a hacer. O aquellas ocasiones en que lograba que os callaseis todos y me escucharais, cosa que este año se ha vuelto a repetir. O la cara de atención de Gloria en primera fila, con sus cinco sentidos puestos en mí, aquello realmente impresionaba. 

Por no mencionar a aquellas dos mozas, Lucía y Amira que siempre eran capaces de hacerme recapacitar cuando estaba a punto de estallar y montar un numerito por el comportamiento de alguno o por cualquier incidente que me llevara al límite. O a Paula cuando me decía "es que no soy capaz de entender qué significa eso de la rueda de la vida"...
¿Y de mis alumnos de este año, qué recordaré? Quién me  iba decir que acabaría dando clase a alumnos a quienes había dado clase mi mujer, en algunos casos durante muchos años? No sé de quién me acordaré más, si de ese grupo tan peculiar de féminas como no he encontrado, ni creo que me vuelva a encontrar otro en mi vida (aunque ya se sabe eso de que no se puede decir “de esta agua no beberé ni…”), o del resto de la clase que las sufrió estoicamente hasta el final…
O tal vez de ese espléndido grupo de ciencias que sería la envidia de cualquier instituto y el sueño de cualquier profesor (sólo siete exámenes que corregir, ¿pensabais que lo decía por otra cosa?).
Aunque es posible que de quienes más me acuerde sea de esos alumnos del Segundo de PMAR (Programa de Mejora del Aprendizaje y el Rendimiento, sí señor, con un par, eso se llama correspondencia fiel e inequívoca entre Programación y Realidad, y lo demás son chorradas), con “momentazos” como aquel en que mi tocayo me dijo aquello de “apártate, que la carne de burro no es transparente” y en lugar de responderle con el “pero los ojos de cerdo lo ven todo”, le solté: sé que lo dices "desde el cariño", pero que sepas que eso es tal falta de educación que dice muy poco de la tuya (tenía que haber añadido “y además, te recuerdo que los ojos de cerdo lo ven todo”).
Y por supuesto, recordaré las innumerables ocasiones (muchas más el curso pasado) en que tuve que contener las lágrimas ante alguna de las canciones o vídeos que os puse, para tratar de transmitiros algún mensaje “de calado”. Pero sin duda recordaré cuando logré concitar la atención de todo un grupo de alumnos hablando de cosas que realmente les importaban. O el momentazo en que conseguí que esa clase funcionara como un verdadero grupo leyendo la carta de Amy Murray (está en la entrada de al lado, si queréis verla).
Al igual que el curso anterior, hubo momentos en que me entraron ganas de arrojar la toalla, de pasar de todo, si eso es posible. Pero uno es de tal pasta que eso no va conmigo. Y cada vez que alcanzábamos uno de esos puntos “valle”, a  continuación siempre venía el subidón, el resurgir que hacía que te levantaras de nuevo y siguieras creyendo firmemente en que ésta es una de las mejores profesiones del mundo, por más que haya habido tiempos mejores (y también peores, como aquellos en los que cualquier veinteañero empleado en el ladrillo, te decía que él no se levantaría por tan mísero sueldo).
No sé lo que me deparará el futuro el próximo curso, ni si se cerrará una etapa y volveré a mi antigua ocupación. Y me da igual no saberlo, porque sé que, esté donde esté, volveré a tener el privilegio de tener, un año más, a los mejores alumnos. Porque este hecho se viene repitiendo casi desde que tengo memoria. Y sé que el próximo año seré más fuerte y estaré mejor equipado gracias al cúmulo de experiencias acumulado con vosotros.
Ni vuestra formación termina al abandonar el instituto o la Escuela, ni el inglés tiene que dejar de formar parte de vuestras vidas, y más en el mundo en que vivimos. Probablemente después de la Ebau (los que la hagan) no tengáis necesidad de escribir un “opinion essay”, pero os animo a que no perdáis el mayor o menor nivel que habéis adquirido a lo largo de los años.
Y que tratéis de llenar las lagunas que tengáis, que nunca sabremos lo grandes que son, pues tenemos tendencia a ser excesivamente autocríticos, y a magnificar los hechos: así, en cuanto transcurran unos años sin estudiarlo, os convenceréis de que teníais un excelente nivel, pero que al no practicarlo, lo habéis perdido. Pues no es así: ni el nivel sería tan grande, ni lo habréis olvidado, simplemente, lo que no se usa, se atrofia, pero con algo de constancia, vuelve a salir a flote.
Un idioma se aprende escuchando, hablando (aunque sea contigo mismo, como hacía yo, pues el run run de mi cabeza a veces era en inglés) y sobre todo, manteniendo un vocabulario, de manera racional. Pero esto último tenéis todavía que aprenderlo, me temo: por más que uno se esfuerce, siempre la tendencia es a seguir la propia intuición, aunque esta nos lleve a vías muertas y a callejones sin salida. ¿Cuántos años neceswitaremos para aprender, se preguntaba Bob Dyland?
Si habéis llegado hasta aquí, habréis leído unas 2000 palabras, lo cual, en estos tiempos que corren, no es moco de pavo). Éste es vuestro blog, y lo seguirá siendo. Estoy dedicando un tiempo a su revisión, actualización y a la eliminación de las entradas menos interesantes. Espero que se note. Y espero que alguna vez los visitéis y recordéis los buenos momentos compartidos.
Y por terminar con un mensaje, os diré que con vosotros reaprendí el significado de la palabra EMOCIONARSE, y que estoy seguro de que muchos de vosotros no seréis de los que tengan tres fechas en el epitafio, porque alcanzaréis muchos de vuestros sueños y no figurará en él la fecha en la que renunciasteis a alcanzarlos. Y estoy seguro de que, como en la película “El club de los poetas muertos" (que sigo sin haber visto), haréis de vuestra vida ALGO EXTRAORDINARIO.   

Un fuerte abrazo.
Vuestro profe de inglés, siempre


Álvaro





 




 

jueves, 1 de junio de 2017

Hermosísimo poema de Walt Whitman

                   "NO TE DETENGAS"

        Un hermosísimo poema de Walt Whitman

Walt Whitman fue un maestro de la lítica de verso libre y marcó con su estilo innumerables poetas de las generaciones que vinieron después. Un autor polémico y que siempre hizo gala de llevar una vida muy intensa, ya que fue poeta, enfermero voluntario, ensayista, periodista y humanista estadouni-dense. 

 

Su obra es una de las más representativas de toda una época en Estados Unidos. Representa una transición entre el trascendentalismo y el realismo filosófico, puesto que Whitman incorporó a ambos estilos dentro de su prolíficas obras poéticas. Además de ser considerado uno de los escritores norteamericanos más influyentes, el poeta fue censurado y criticado duramente por la abierta sexualidad que desprendían los contenidos de su libro Hojas de hierba, que en su época llego a ser calificado como obsceno y hasta pornográfico por contener referencias explícitas a la homosexualidad o bisexualidad del escritor.

 

La poesía de Whitman tiene un espíritu vigoroso y agresivo, que utiliza a los elementos cotidianos como una expresión de lo eterno. Entre sus versos existen temas recurrentes como el hombre, el cuerpo, el sexo, la religión, los animales o la geografía. Una de las virtudes que más se destacan de sus letras es la constante actitud de euforia y alegría, emociones que traslucen sus poemas continuamente y que les dan de una vida y estilos peculiares. 

 

El objetivo de Whitman era dar dignidad a todas las personas, algo totalmente insólito en su época y que marcaba su humanismo. Por esto se oponía firmemente a medidas como la pena de muerte y renegó de prácticas terribles como la esclavitud. Sin él, la poesía moderna no sería la misma, estaría huérfana y carente de vivacidad. 


Por eso comparto "No te detengas", una bellísima obra para que conocer a este genio que aún hoy sigue conmoviendo a millones de corazones en todo el mundo, con una llamada a ver la belleza en todos los seres humanos.

 




No te detengas   



No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,  

sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.

Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra,
tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores:
el silencio.

WALT WHITMAN (1819-1892)

 

http://www.elclubdeloslibrosperdidos.org/2016/10/no-te-detengas-un-bellisimo-poema-de.html
 

 https://nadienosentiende.com/


 

 

 


Entre Maestros, la película

"Una experiencia educativa sin precedentes"